Me decía un amigo no hace mucho que soy demasiado exigente, no fue hace tan poco realmente, fue después de romper con J., y en estos meses que siguieron la ruptura donde me lancé a un frenesí de salidas y viajes imparables, de encuentros y desencuentros con la gente, y ahora que vuelvo a aterrizar en el mundo real me doy cuenta de que ahora entiendo por donde va lo que decía mi amigo, soy demasiado exigente porque busco la perfección, y la perfección no existe.
Soy autocrítica a morir, conmigo misma en un principio, y con los demás después, pero sigo esa pauta, desde que tengo recuerdos, desde que me formé como personita con una madre (y un padre) que han criticado y critican todo cuanto se les cruza por delante, el otro día con ellos lo vi, lo vi claro, desde la distancia al fin, y vi claro también como no lo aguanto, y sin embargo no lo aguanto porque hay mucho de eso en mí aún.
No hay ya tanta crítica abierta, en voz alta, que la sigue habiendo por supuesto pero no es tan letal ni continuada…, pero la crítica, la búsqueda de la perfección, y el desechar todo lo que no se le acerca, sigue en mí… y eso es una causa tremendamente importante de incapacidad de ser feliz, de incapacidad de aceptar los defectos propios y ajenas, aceptar que el mundo no es perfecto ni será jamás como me educaron ni cómo yo desearía, aceptar lo que hay, para ser feliz simplemente con eso…
No he descubierto el santo grial, no estoy diciendo nada que llene de luz el mundo, pero simplemente estoy abriendo algo dentro de mí, algo que tengo que reflexionar más a fondo, algo que tengo que sacar de mí, porque sino jamás seré feliz, y sé que puede sacarse fuera porque ya avancé mucho, sin tener este aspecto tan claro como ahora lo veo…, así que ahora viendo este problema (de los muchos que puedo tener), tengo que cogerlo de frente, afrontarlo para que cuando mi pauta interior empiece a destrozar a las personas a medida que descubro sus defectos (e insisto, TODOS tenemos defectos, nadie es perfecto), y eso me lleve a alejarme de ellas, de mis parejas, de mis amistades, de mi propia familia... con algunas personas el vínculo del cariño y el amor han sido más fuertes, pero aún así ha habido una lucha… y tengo que encontrar el equilibrio, entre las cosas que veo y me molestan de los demás, y los sentimientos que me inspiran para ponerlos en la balanza y ver si realmente lo malo es tan malo, o simplemente es parte de la humanidad de cada persona, igual que yo tengo muchas cosas a mi vez, que espero los demás, que me rodean y quieren, sepan perdonar.
Tengo que aprender a perdonarme a mí misma primero, para poder perdonar a los demás después, perdonarme no ser perfecta, no tener una vida perfecta, no ser la superwoman que lucho cada día por ser, sino aceptar todos mis defectos y reirme de ellos, reirme de mí, porque reírse de uno mismo ayuda tanto a desdramatizar todo…, a tomarse todo de forma más relativa, y a ser indulgente con uno mismo.
Así que gracias a todos los que me quieren, por seguir ahí, por quererme, conocerme y perdonarme todos mis defectos, que lo sé, son muchos, prometo reirme mucho más a menudo a partir de ahora, y procurar que lo que tengo bueno sea lo que se recuerde siempre de mí.
En otras palabras ‘siempre positivo, nunca negativo’ y léase por favor, con una gran sonrisa en la boca!
domingo, 18 de enero de 2009
Siempre positiv@
Publicado por Pati en 14:20
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2 comentarios:
Lo de la "perfección" te lo entiendo porque es en mi una lucha eterna. Sé que no existe, que no puedo pretenderla ni en mi ni en los demás, pero es algo que me supera...
suerte entonces
marcelo
que buen comienzo tenes ..bravo por el 2009 guapa !
lectora
cuidandote desde Mexico City
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