martes, 5 de agosto de 2008

Son mis amigos

Nunca fui una persona de muchos amigos, unos pocos y buenos, pero realmente pocos, vamos que a una mano le sobraban dedos..., y así viví muchos años de mi vida, en los que pasó gente, pero poca se quedó, muy poca, y supongo que yo fui la principal responsable por una serie de razones largas de resumir, pero que podrían titularse 'yo y mis traumas'.

Pero hace unos años, cuando empecé a salir de un matrimonio asfixiante sin amor, empecé de a pocos a abrirme al mundo, fue de muy pocos a pocos..., y de hecho cuando me separé, estaba sola, era lo que había, un par de amigas fuera de España, y otra que había hecho recién y justo estaba casada y con nenita, y me quedé sola o como suele decirse 'colgada', pero que muy.

Y ahí tuve que abrirme, me vino de maravilla, empecé a conocer gente y más gente, me apunté a todos los planes que me proponían, temerosa de decir a nada que no, ante ese regalo del cielo que era de repente tener amigos nuevamente! algunos de esos amigos cuajaron y otros no, pero desde entonces a ahora mi abanico de amigos ha crecido tanto que ahora apenas me reconozco a mí misma, llamadas de gente pendientes de devolver porque en días como hoy me vuelvo egoista y deseo tiempo para mí, planes que encajar con unos y otros durante la semana y que me obligan a repartirme, a hacer que la gente aplace cenas porque el día que se había pensado ya no puedo porque me surgió otra cosa, y todo así... tengo ahora mismo repartidas todas las noches, y hasta un día entero, hasta que el domingo por la mañana vuele a Formentera, con las amigas que allí me esperan...

Y lo mejor es que ya no digo que sí a todo por miedo a perderme algo, a perder a alguien, ya no tolero cualquier cosa de la gente como sucedía en el pasado cuando mi único afán era agradar, caer bien, ser aceptada, y por ello me callaba mis opiniones y cegaba mi personalidad, no, ahora opino, hablo, soy yo misma, y jamás socialmente tuve tanto éxito como ahora.

Ahora si puedo y me va bien, quedo, y sino, lo digo claramente, con asertividad por supuesto, haciendo valer mis opiniones, partiendo de un respeto a mí misma que nunca antes ni se me tuvo, ni me tuve.

Antes tenía miedo de que de conocerme bien, la gente huyera de mí, no les gustase, ahora abro las puertas de mi casa, de par en par, y el que quiera que pase y el que no, no pasa nada, nadie está obligado.

He aprendido a perder el miedo a pedir favores, a pedir consejo, a dejarme ayudar, porque eso no supone debilidad alguna, sino que fortalece y aporta.

Propongo planes y la gente se une a ellos, se me pide opinión..., quizá todo esto para quienes desde siempre tuvieron amistades sanas, sea algo redundante, como explicar que la mantequilla es grasa y rica y deja un saborcito gustoso en la boca, pero para mí es como estar descubriendo las fuentes del maná..., el origen de tantas cosas, recuperar también tantas cosas y experiencias que he tardado años en vivir, pero que bienvenidas son ahora.

Y jamás me sentí tan querida como ahora, tanto por los demás, como por mí misma.

Y sólo quería compartir este sentimiento, esta sensación a la que al fin me estoy empezando ya a acostumbrar, pero que por momentos se me hace tan nueva y agradable como cuando soñaba con ser alguien como soy yo ahora mismo, cuando soñaba con vivir la vida, con estar viva.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

a mí eso que describes me sucede en internet: la posibilidad de hacer amistad es tan interminable, tan innumerable, que expreso tranquilo lo que siento sin miedo, pues siempre hay alguien más, no necesito agarrarme con fuerza a cualquiera que me dé un poco de amor

un beso

Bea dijo...

Que paso enorme has dado, que lugar tan lindo al que has llegado: quererte y que te quieran como sos con tus errores y con tus virtudes. Creo que igual es un trabajo que nos lleva toda la vida. Besotes

Pati dijo...

Qué grandes verdades habéis dicho los dos!!! por un lado esa libertad que da la red, de ser tú mismo, mostrarte tal cual eres, con alegrías y miserias, miedos y esperanzas, sin tener miedo a parecer vulnerable, a expresar libremente las opiniones sin miedo a contradecir a nadie... ser uno mismo en definitiva, pero amparado en el anonimato que da el medio... igualmente creo que es el inicio para gestionar una comunicación asertiva que poner luego en práctica en el día a día... y seguro que te va a dar grandes resultados!
y Bea sí, definitivamente no es algo que se consiga, sino un ejercicio diario para estar bien con uno mismo, a veces se consigue y a veces no, hay días mejores que otros, pero lo importante es no desfallecer en la lucha... ves tú me quieres aunque soy muy imperfecta! jajajaaaaaaaa

Un beso enorme a los dos!!!