domingo, 20 de abril de 2008

Lo que pudo ser... y no fue....

Últimamente me pasa, todos los domingos..., que después de una semana intensa, intensísima, como todas las últimas semanas de mi vida..., llega el bajón, el parón de adrenalina, la necesidad de descanso y reposo..., y entonces sola en casa, pienso, y sufro, y padezco... padezco mi soledad autoimpuesta, buscada y defendida con sangre, sangre de mi corazón..., padezco el echar de menos a aquel con el que compartí tantas cosas en los últimos casi dos años de mi vida..., padezco el dolor de saberlo ahí, en su vida, en su casa, y a mí fuera de todo, porque yo lo elegí así..., y sufro por todo eso, porque duele aún todo, porque recuerdo cuando le conocí, las emociones de nuestros encuentros primeros, con más gente, como amigos, su trato, mi felicidad ante su interés por mí, nuestras conversaciones, la química entre nosotros..., recuerdo hasta los diálogos de entonces, recuerdo mi emoción cuando después de un breve escarceo me fui a un viaje con una amiga y a mi regreso tenía un mensaje suyo que me esperaba al día siguiente en su piscina..., y recuerdo no dormir en toda la noche después de un viaje agotador, pensando en aquél día siguiente en su piscina y en que le iba a ver, y la emoción no me dejaba dormir..., recuerdo nuestros encuentros, nuestros besos primeros, la primera vez, y la segunda, y los primeros fines de semana en que no salíamos de su casa..., y recuerdo el final del verano, y el ansiar el viernes para poder pasar cada minuto del fin de semana con él..., recuerdo también las primeras discusiones, nuestro primer viaje a Londres..., las bromas durante el viaje en el que él me reclamaba cuatro niños y negociábamos continuamente entre perros y niños..., recuerdo tantas cosas..., que no sé cómo ahora estamos así, no sé cuándo empezó a torcerse todo, cuando empezamos a tomar caminos diferentes..., no sé si fue que se me cayó la venda, o que mis ojos, aquéllos con los que le miraba embelasada y tan feliz..., son los que han cambiado..., pero mientras escribo esto entre lágrimas, sólo me queda esa certeza, que aún me quedan lágrimas, lágrimas por lo que pudo ser y no fue, lágrimas por la felicidad que hubo y la que se soñó, y porque ahora todo eso no son más que sueños rotos, lágrimas porque sé que esto no tiene vuelta atrás, ni arreglo posible, porque yo no puedo ser feliz con su forma de ser..., lágrimas porque le añoro, a él, nuestras conversaciones, la forma en que me mimaba, añoro la forma en que me abrazaba en la cama al irnos a dormir..., y hacíamos la cucharita..., anhelo sus bromas..., su ternura dulce, y su puntito gamberro, de adolescente travieso..., añoro la forma en que me miraba a menudo..., y le añoro a él....., pero no añoro sus silencios, metido en su mundo cigarrillo en ristre..., no añoro sus charlas en detalle sobre cualquier cosa contándome hasta los detalles más nimios con todo lujo de descripción, no añoro sus quejas ni sus justificaciones cuando las cosas no le salían bien, pero era culpa de cualquier cosa excepto suya, no añoro nada su carácter a veces taciturno..., su mal despertar, su lentitud al hacer mil cosas, su pasividad, su calma exagerada, su dejadez, su desidia..., su falta de interés por tantas cosas que a mí me apasionan, su falta de interés por casi cualquier cosa..., su falta de iniciativa... y la falta de pasión que mostró por mí en los últimos tiempos... hasta para eso se mostró pasivo... tampoco añoro sus ataques cuando yo le reprochaba su pasividad, que me convertían a mí en la responsable última de toda su conducta, de sus actos, y me traspasaba así, una vez más, todo el peso... y mis espaldas no pudieron más...

Ahora estoy sola, liberada de lastre por un lado, pero echando de menso su lado positivo, que tan feliz me hizo..., echando de menos cada gesto suyo que me henchía el alma, recordando algunos de nuestros viajes como parte de esos momentos en la vida que sólo de recordarlos te sientes bendecida por la vida... pero ya nada de eso volverá..., volverán quizá momentos similares, con otras personas, quizá... quizá sí, quizá no... no lo sé en este momento... estoy desganada..., desmotivada..., sin interés por nadie... porque la persona que amaba resultó no ser la persona adecuada, y eso duele como un hierro clavado en el pecho que no me deja respirar...

En estos momentos es cuando da igual todo, da igual que sea lo mejor que pudo sucederme, que sea lo que tenía que ser, da igual que me digan que pasará y conoceré a alguien con quien seré muy feliz (francamente, a estas alturas de la película, eso ya no lo creo siquiera), dan igual los malos momentos de antaño, e incluso da igual el saber que no podías volver a lo que había..., sólo queda el dolor, las lágrimas... el encontrarte su coche aparcado en una calle cercana a ti por la que no sueles pasar, y darte cuenta de que lo ha dejado ahí para que no lo veas... el dolor de hablar con él de temas mundanos y acabar llorando a dúo por teléfono... por la separación impuesta... por la falta de futuro de una relación que pudo haber sido y no fue...

Dónde se fue nuestro amor? dónde quedó todo? nuestro amor, la pasión, las ilusiones, la felicidad... el enamoramiento que mostrábamos al mundo... el amor con el que nos mirábamos... ahora dónde irá todo eso? dónde quedará????

Si lo pienso más, sólo quiero morir... y seguir llorando... porque esto duele, sigue doliendo... y él sigue dentro de mí, como sigue dentro de las fotos que aún están en mi casa... y desde las que me mira sonriente, y yo también sonrío entre sus brazos.... es lo único que queda del pasado, la imagen de la sonrisa que fue, y que ya no es...

1 comentario:

Bea dijo...

Hola corazon! Solo puedo abrazarte a la distancia y mandarte muchos besos. Lo otro, como bien decis, no sirve de nada, son palabras huecas. Yo estuve y muchas veces estoy ahi en ese mismito lugar que tan bien describiste. Y los: ya va a pasar, ya te vas a volver a enamorar, alguien mejor llegara a tu vida, si no fue por algo sera, etc etc en estos momentos de nada sirven. Pq lo unico que serviria para calmar el dolor seria poder apretar un boton, volver el tiempo atras, y asegurarnos que ese dia en que todo acabo nunca llegue. Otro beso y otro abrazo!